domingo, julio 05, 2009

Las órbitas de los planetas son pequeñas en comparación al espacio exponencial entre nosotros. Si los silencio se pronunciaran mas callarían al ruido de un grito seco y gutural. Recordar aquellos momentos en los que tomados de la mano quisimos caminar sin tomar en cuanta el escenario de calles en bajas temperaturas ¿que calor mas seco necesita el cuerpo que el cariño desmedido? Y a la luz de hoy también, qué cariño desmedido y con hora inscrita en el registro de muertes de nuestro país desenamorado necesita el cuerpo para fingir emoción y entibiar la razón con pañuelos de consuelo, en partes de las orillas, rotos.
Cuantas sillas hay entre tu y yo, y en cuantas nos sentamos a esperar al otro, hasta llegar afligidos y con el cuerpo corto a por fin juntos decirnos que si hubiéramos llegados antes quizás el amor estaría aun ahí, escondido detrás del orgullo, de pie para exclamar cuan ansioso estaba de vernos unidos de nuevo. Extrañarte en el frío es tan doloroso. Desearía dejar de contar los grados celcius de forma regresiva hasta llegar a cero para por fin decirte ¡después de mil grados es digno contarte que te añoro! Porque es cierto, prefiero verme bien que enfearme y descubrirme ante ti con todas mis verdades tiernas que te escondo. No aprendo con tantos inviernos que la lluvia cae de las nubes mas abrumadas no importa si son negras o si son blancas. Los días pasan caminan en fila india con distancia entre cada uno, pisando fuerte su paso rítmico, melódico, orquestado en llanto y el tic tac del reloj violento que medio suspiran los encantos quebrados tras el viento de agosto. Eres el resfrío que necesita los remedio mas costosos. Entre tanto y tanto recaigo al pensar en tu pecho y el asilo que fue para mi rostro, en tu beso y el sabor que dejo tu olor pegajoso. Ya van 40, 30 y 20 grados celcius contados en reversa. Cuando me congele ¿que sera de nosotros? Terminando el invierno siempre sigue primavera, verano y otoño. Pero con nosotros que, si no somos estaciones y como humano manejo el tiempo a mi antojo, entonces haré de ti y de mi, una temporada prolongada de regresar imagines reproducidas mentalmente en sepia opacadas por la constante pregunta ¿por que no te dije cuando debí, te quiero y te adoro?

No hay comentarios.: