viernes, octubre 10, 2008

No existe.

No existe tiempo para tanto desconsuelo
como tampoco hay luz para aquel obscuro camino sin dueño
No existe mar en este desierto de llantos secos, porque
ni el diablo imagino mas cruel duro rayo de sol en el suelo,
la calavera amarilla descolorida, el aire en polvo
las nubes evaporadas, el silencio hondo
todos huyen de esta pena sin fondo
de la cara tuya sin ojos
de tu cuerpo amorfo
ya no recuerdo, ya no mas
la forma antigua y ambigua,
de la razon, de mi empeño roto
No existe alimento que nutra lo que tu vacio,
sin lugar, desnutrio por antojo.
No existe esa fragancia del cuello, de tu cuerpo desnudo,
para calmar mis huesos rotos
No existe ni sombra, ni lluvia, ni calor
tampoco años ni edad
menos amor
para esta seudo poeta, falso orgullo,
como pregnante asilo
de alegrias en ayuno.

viernes, junio 20, 2008

Viajo


Es una sensacion única la que siento cuando camino al rodoviario y tomo un bus, una excitación absorbente y desproporciona al hecho que realmente es y significa viajar. No hay nada que hacer al respecto. La ansiedad siempre me devora de un bocado. Ayer viaje, tome ese pullman bus al norte en el anden 7 en Viña del Mar, un viaje de noche. Son mis favoritos, la noche siempre ha sido mi lugar en el día, mi espacio para jugar a no verme y no existir concretamente, los viajes de noches son los mejores, existe en ellos una energía mística y una tendencia oculta a lo secreto e inmoral....ciertamente soy un poco pasada de rollo en el tema. Pero me gusta creer que nadie me ve, que nadie distingue lo que mi mirada delata de mi, lo que prefiero mantener intimo.

Por un gran agrado a la privacidad. Nada mas.

Así que viajo de noche y sola.

Mejor sola. Siempre es tan personal algo cuando lo experimentas, únicamente, por ti. Se vuelve de uno y ese cambio que te crea no es compartido por nadie mas. Reafirma mi individualidad, estar sola ha sido mi única forma de estar. Ahora le tengo un cariño enorme, gigantesco casi monstruoso. La gente que tengo a mi lado esta junto a mi no por costumbre o necesidad sino por un querer de acompañar, de apoyar y asistirme por gusto y no obligación.

Así que viajo de noche y sola por elección.
Y cuando ya estoy sentado y cómoda en ese sillón pequeño y de momentánea hospitalidad pienso en todo aquello que necesito mantener en mi mente. Este viaje pensé en un hombre, un descubrimiento de la espontaneidad, un olor para recordad y un gesto creo me divertira por siempre. Y mientras el recorrido se realiza en silencio y 100k/h siento la necesidad de torturarme imaginando a esa niña que cuide por tantos meses, que tiene la gracia de robarme el aliento y darme vida a la vez, imaginarla llamándome, diciéndome mil cosas en idioma calameño inteligible. Me hiere hondamente no tenerla cerca todos los días, pero sigo viajando y siento que todo tiene sentido, aunque aveces pierda de vista la idea de mi vida. Sigo viajando y cuando llego...
Cuando llego dejo de viajar de noche y sola.



martes, abril 15, 2008

Aleluya

Aleluya.

De la nada tengo un corazón desconocido en mis manos. Palpita mil por hora. Cada palpitar duele. Arde y duele. La sensación que produce es una extraña sustancia, creo haber sentido antes, caminar, trotar, correr veloz por mi. Yo también huyó y mientras el pelo me sigue atrás veo una sombra sostener un hígado en sus manos, es obscuro y podrido, si yo fuera la sombra estaría asqueada. Que raro que no vomite, porque tengo un mal sabor en la entrada de mi garganta. Un sabor a mierda que me han tirado en la cara. Y aunque quisiera escupir toda esa masa fétida, la trago. Y ahora en la esquina, doblando hacia la iglesia y el hogar de Santa Marta, cerca de un roble viejo e inolvidable de mi infancia, devuelvo toda la basura que guarde y deje descomponerse en mi.

El corazón palpita y cada palpitar me hiere hondamente. Tan hondamente.

Y como me lastima lo tomo como enemigo. Lo destruiré- pensé, de hecho, ansié aniquilar desde que llego a mis palmas superiores- Porque me quiebra el aire que entra a los pulmones. Vi una roca pequeña y ploma a mis pies. Nada mas perfecto que el concreto de mi tierra, nada mas insignificante que un trozo de nadie. Aleluya por ella, porque la tome y con la fuerza flaca de mis brazos azote como olas contra la arena, furiosa. Vehemente choque imagine podría quemar la palpitante hinchazón de ese músculo rojo y venoso que se inflaba frente a mi. Pero no. Se burlo mas aun. Como lo odie. Maldita cosa que me late el alma y perturba, impreco en ti y me cago sobre tus muertos. Y nada mas sentí.
Se me heló el cuerpo, todo el cuerpo. Hielo sobre hielo. Ni brisa ni viento. Como anestesia. Que vació mas abrumador. De ahí ay que pena. Ahora uf que cosa. Auch! y mas auch, porque ni eso me queda. Auch! no me duele. Auch! Auch! Auch! Creo que lloro.
Aleluya! ahogue la ternura en un barro de químicos ilegales, mi ternura palpitante flota inerte en un charco mermante.
De la nada tengo un cuerpo desconocido y frió mirándome desde arriba. Me mira mil veces por hora. Cada mirada duele. Arde y duele. Estoy en una humedad aledaña, una sustancia extraña, creo haber sentido antes, sumergirse, flotar, nadar veloz en mi.
No quiero ahogarme ¿ como elaboro un grito para salvarme? Guturales, guturales, siempre existe un gemido escuchable. Espero oírme. No quiero ahogarme, pero el peso de un golpe me hunde en esta mierda vomitada y descompuesta. Charco maldito.
Me despierta ese dolor, me abre y desde lo profundo saca una tiza para dibujar una verdad inefable que entiendo a medias, casi certera, casi erronea, afila razones para escupir la cara de ese cuerpo abulico que mira sin hacer nada por salvarse. Mierda. Aleluya y tu madre.