domingo, mayo 31, 2009

Magnolias.


-La exposición se encuentra cerca de la plaza de Viña del Mar, casi en la esquina de la calle Arlegui, la sala de exposiciones es blanca y el piso flotante brilla, en la puerta te recibe un guardia que se aleja inmediatamente para dejarte contemplar los cuadros que cuelgan ordenados y correctamente iluminados en la pared. De todos ellos mi favorito fue la pintura de flores, magnolias pálidas y rosas del segundo piso.
Fue mi elegido, porque mis flores favoritas son las magnolias. Me gusta su gracia discreta en el árbol que dependiendo de la tierra y el agua pueden llegar alcanzar gran altura y sus flores, con buenos minerales, pueden ser magnánimas, en cuanto a colores hay blancas y en distintos tonos de rosado a púrpura, la flor es tan primitiva que polimeriza a través de escarabajo, porque existe antes de las abejas, no tiene pétalos, sino tétalos limpias, duras casi artificiales que se abren expandiéndose elegantes desnudando al botón como por casualidad, florecen en invierno y en esta estación del año el tronco es húmedo y obscuro, sombrío y distinguido, la idea es extremadamente romántica, el árbol de la magnolia es un solitario que se pinta de rosado en los días mas grises. El cuadro no posee colores llamativos, fuertes o primarios, no es una pintura que tome la inmediata atención, tampoco es visualmente recargada, es suave, luminosa, clara. No predomina en la pared, sino que convive con ella en armonía.
Las magnolias son un detalle que embellece en silencio. La pincelada es lisa, delicada, blanda y sus dimensiones media entre grande y pequeño, es definitivamente muy femenino.
Habían en la exposición muchas pinturas florales algunas muy coloridas otros mas recatadas, unas con gran contraste con el fondo o, al contrario, se hundían en el hasta perderse. Llenos de luz u opacos, realistas, abstractos, cada uno con su propio estilo inconfundible. Todas en dos pisos que de frente dan a la calle ruidosa y desagradable, pero que no se introduce, afortunadamente, al ambiente de la sala.
Concluyendo esta exposición fue un agrado, un verdadero placer, por ser un sitio que abre espacio cultural a la rutina urbana ya consumada y que además trae la contingencia artística del país.

sábado, mayo 23, 2009

Del amor he aprendido a odiarlo. Me ha enseñado a alejarme de el, no existe nada que me llene y vacié tanto el cuerpo. De todo el silencio que hemos preocupado prolongar lo que oí,gracias a el, fueron razones huecas de egos y orgullos heridos, rotos, intensos y malcriados. Si lo distingo lo ahuyento, si no puedo, me resigno. Podría decir que dentro de los mares mas traicioneros nadar, es el placer mas culpable. El amor es el océano pacifico. Amar es humedecer el alma y esperar que se seque bajo el sol y el tiempo.